Muchos decimos que existe la justicia divina, pero por qué no puede existir la injusticia divina.
El fúbol trae sopresas, pero también muestra diferentes mensajes y el juego del miércoles nos dejó uno y muy positivo.
No existen barreras cuando se quiere superar, y aunque no logremos nuestro objetivo primordial, debemos ver que la superación es cada vez más grande.
La selección de México ya no es la grande de antes y en su propio pueblo saben que es una realidad, pero lo que los mantiene vivos es el nacionalismo extremo que les caracteriza.
Se debe ser humildes ante la situción que se vive, pero tampoco debemos menospreciar a los demás, más cuando se sabe que ha sido superior en muchos aspectos.
Mi selección, la de todos, la tricolor, un grupo de hombres que han logrado lo que hace mucho no se ve, un verdadero equipo, una familia, una unión que nos puede llevar muy lejos.
No existe la palabra derrota en el volcabulario de esta escuadra, menos si el partido no ha terminado.
Tuvimos a los mexicanos a las puertas de un fracaso más, pero como dicen, los penales son una suerte.
Y que maldita suerte, que nos dejó a un paso de conseguir nuestra segunda final en Copa de Oro.
Sin embargo, esto no debe desmoralizarnos, mucho menos defraudarnos, porque existen las revanchas y la nuestra se acerca, en casa y con nuestro pueblo.
Sin misericordia, sin temor a nada, lograremos nuestro objetivo y lo mas bello, celebrar la clasificación al mundial frente al "grande de Concacaf".
domingo, 26 de julio de 2009
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EXCELENTE RAMI
ResponderEliminarLa seleccion esta muy bien ecaminada, juntos como un equipo y con un misma meta, las experiencias deben de servir para mejorar, en todos los aspectos de la vida, sigan adelante muchachos.
ResponderEliminarte estan quedando muy bien, estoy comentarios. Go hermanito.